La muralla medieval de Soria va a recuperar parte de la importancia que tuvo en el pasado gracias a la “Ruta de las Murallas”, la nueva iniciativa del Plan de Dinamización del Producto Turístico de Soria que, con la colaboración del Ayuntamiento de Soria, ha señalizado un itinerario que sigue de la manera más fiel posible el trazado original que seguía la muralla medieval de la ciudad.

En concreto, y tomando como punto de partida y fin la confluencia de las calles Marqués de Vadillo y Puertas de Pro, se han instalado una serie de señales que permiten realizar de manera autoguiada todo el circuito. En las zonas urbanas se han colocado placas de latón sobre el pavimento que reproducen el logotipo de la ruta (la antigua puerta de Rabanera) e indican la dirección a seguir, mientras que en las zonas periurbanas las señales usadas son mojones de piedra con la reproducción de dicha imagen. Igualmente se han instalado señales interpretativas sobre soporte de piedra en los lugares donde se encontraban las antiguas puertas y portillos del muro defensivo y en otros sitios de interés. Por último, se ha editado un folleto que complementará con más información la visita. 

Varias son las razones que han impulsado a poner en marcha este proyecto. Por un lado, poner en valor un recurso tan importante como es la muralla medieval tanto para los visitantes como para los vecinos de Soria. Por otro, dotar a la ciudad de un nuevo recorrido para caminar señalizado. Y además, recuperar aunque sea de manera virtual, elementos desaparecidos como son las puertas o portillos. 

La construcción de la muralla se asocia al ataque que a finales del siglo XII Sancho VII el Fuerte de Navarra realizó contra Soria produciendo enormes pérdidas en la ciudad. A partir de este suceso se ve la necesidad de fortificar la capital soriana, hecho que sucederá casi un siglo después, a finales del siglo XIII, atribuyendo este acontecimiento a Sancho IV el Bravo. Gran parte de su demolición se produjo tras la liberación de los franceses de la ciudad a manos del general José Joaquín Durán el 13 de septiembre de 1.812. En 1.995 fue declarada Bien de Interés Cultural.

La muralla tenía una longitud de 4.100 metros que encerraban una superficie cercana a las 100 hectáreas. Tenía 6 puertas principales  y dos portillos.