Si cualquier estación del año ofrece un atractivo especial para el visitante tiñendo de diferentes tonos la ciudad, los colores de Soria cobran intensidad especial durante la celebración de algunos de sus festejos populares que encandilan a los vecinos y, por supuesto, hacen que el paisaje soriano adquiera relieve y consiga traspasar los sentidos para todo aquel que camine y haga camino por sus calles. Desde el Jueves Lardero, que conmemora el incio de los Carnavales con una desgustación de pan, chorizo y huevo, hasta la más solemne Semana Santa, de Interés Turístico Regional, y por supuesto el epicentro de toda la actividad festiva soriana, San Juan. Un guiño al verano, al sol, al toro y a la alegría desbocada hacen de San Juan la columna vertebral de una ciudad que cierra el año con el culto al patrón de la ciudad, San Saturio, el 2 de octubre. Pero, además, Soria es una ciudad culta que toma tierra y son habituales las manifiestaciones públicas de este vínculo especial con el arte en todas sus expresiones que comenzó con los grandes poetas y prosigue hoy con el Certamen Internacional de Cortos, el Otoño Musical, el Enclave Agua o la Feria del Libro.