La concejala de Juventud, Inés Andrés, ha presentado esta mañana uno de los encuentros profesionales que incluye el programa del Certamen Internacional de Cortos en el que se ahonda sobre el futuro de estas películas de menor duración y, especialmente, las herramientas para conseguir su calificación y evitar que sólo el 10% de los más de 2000 cortos que se ruedan anualmente en España pasen por el Instituto Cinematográfico y del Ministerio. La concejala ha resaltado esta vertiente de debates profesionales del festival cuando ya se encara la recta final del certamen con la proyección de los cortos a concurso, los talleres, las exposiciones y los eventos artísticos y musicales.  Javier Muñiz, director del Festival, por su parte, ha destacado el crecimiento del certamen soriano y ha cifrado “en más de 5.000 los cortos propiedad del Ayuntamiento con trabajos de las últimas dos décadas”. Muñiz ha admitido que el reto siguiente será “poco a poco ir organizando y catalogando los trabajos en lo que es un esfuerzo titánico”. El Ayuntamiento trabaja en la inclusión de un archivo para todos estos trabajos dentro de su proyecto de los cines.

Belén Herrera,  de la Plataforma de Nuevos Realizadores, y Mario Madueño, de la Asociación de la Industria del Cortometraje, han participado en esta reunión con directores de cinco países. Madueño ha explicado que “el año pasado ya trabajamos con el código de buenas prácticas de festivales y hemos trabajado en esa relación entre el director y el festival ya que la explotación de esos trabajos se reduce fundamentalmente a los festivales y hemos hecho un esfuerzo en intentar mejorar esa relación. Ahora hemos comenzado a trabajar en otro tema referido a la baja profesionalidad que hay en este sector”. El representante de la asociación ha apuntado que antes del boom digital se producían cerca de 200 cortos al año y la cifra actual supera los 2.000. “De todos ellos, hay una cantidad mínima, en torno al 10%, que pasa por el Ministerio, se filmoteca y archiva y todo lo demás se queda en el aire y consideramos que se debe mejorar con la colaboración de todos los implicados”, ha resumido Madueño, quien apunta a que estas reuniones sirven para conocer qué pasos se pueden dar en el sector para hacer este registro más atractivo a los creadores. Belén Herrera, por su parte, considera que, al menos, “el primer paso lo hemos dado, que es detectar que existe un problema y querer atajarlo y hablar con los directores, conocer sus motivos para no calificar los cortos es una buena manera de trabajar”. “Ahora mismo la mayoría de los cortometrajes no se conservan”, ha explicado Herrera, quien insiste en que “estos trabajos son patrimonio de todos”. “Llevamos trabajando tres años en estas líneas con la base del decálogo del cortometraje y hay que conseguir que el corto se vea también como parte de la industria cinematográfica. Debemos saber el motivo de que sólo el 10% se califique y con esa base avanzar. El Ministerio debe tener un registro de qué se está haciendo en su país” ha resumido la representante de PNR.