El alcalde de la capital, Carlos Martínez, acompañado por la concejala de Medio Ambiente, Ana María Calvo, ha visitado esta mañana el desarrollo de las obras de la segunda parte de la segunda fase de la actuación en márgenes del Duero. Tras la conclusión de los trabajos en la puerta de la muralla en el postiguillo de San Ginés y la intervención de naturalización de la presa del Pereginal, las labores ahora se concentran en la pasarela volada que circunscribe la bajada del Castillo al Soto Playa por la carretera conocida como las ‘Siete Curvas’. Esta actuación total tiene un presupuesto de 1,7 millones con fondos europeos en un 70% y en un 15%-15% de Ayuntamiento y Junta. La mejora se suma a la ya ejecutada y puesta en uso por otros 1,7 millones en toda la margen derecha.

“Toda esta fase ha movilizado más de 3,5 millones de euros de recursos en dos partes y ahora podemos ver cómo avanzan los trabajos. El objetivo es cerrar los circuitos dentro de una idea global de ciudad del Ayuntamiento. Esta actuación da continuidad a la que ya se ejecutó y unió la iglesia del Espino con el parque y se complementará con otras como el carril bici desde Los Pajaritos y la Universidad y la nueva fase ya licitada hasta el río”, ha explicado el alcalde en su visita a la intervención. De esta forma, se dará continuidad al primer mirador ubicado en la carretera de unión con el río a través de una pasarela elevada, de 1,5 kilómetros, que permitirá solventar el desnivel del terreno con una pendiente máxima entre el 8 y el 9% para intentar que sea lo más accesible posible teniendo en cuenta la orografía natural del paraje. “Se ha buscado una alternativa por la zona de la ladera un poco más alejada de la carretera con este objetivo de intentar suavizar la pendiente. Los trabajos están en marcha tras desbrozar toda la senda donde irá la pasarela hasta llegar a los puentes del Soto Playa y a través de ellos cruzar al otro lado del río y acabar conectando de nuevo con el Centro del Recepción de Visitantes y los Arcos”, ha resumido el alcalde. La actuación también permitirá unir la margen izquierda y derecha con el conocido como Bar del Soto Playa e incluirá una pasarela sobre el río Golmayo. Además de esta actuación, el Ayuntamiento está trabajando en el lavadero junto al Museo del Agua para su recuperación, tiene en proceso de licitación la continuidad del carril bici desde el Campus hasta el Duero y adjudicado en fase de ejecución la recuperación del centro de hostelería del Soto Playa vinculado a este sector, pero también el turismo activo.

“Nos marcamos como objetivo ya en la legislatura pasada que Soria debía mirar hacia su río, no se podía seguir dando la espalda a un lugar con una riqueza patrimonial y natural inmensa y con estas actuaciones lo estamos consiguiendo. Son distintas intervenciones que se van conectando y que hacen que la ciudad se extienda al Duero desde todos sus extremos. Hemos aunado la inversión pública, como ésta de 3,5 millones, y también la pública privada con otras apuestas como el Fielato, el Soto Playa o el convenio del Lavadero de Lanas. Este es un proyecto interesante, pero además de una gran aceptación y no podemos quedarnos ahí. Por ello, ya estamos trabajando en el expediente de una nueva fase que nos conecte con el Los Rábanos”, ha detallado Carlos Martínez, en su visita a las obras.

Toda la intervención, además, ha tenido una especial sensibilidad con las raíces de la ciudad y con la recuperación del patrimonio. El Ayuntamiento ha querido mantener una línea esencial en todas las actuaciones municipales con el objeto de avanzar pero sin olvidarse del pasado y tiene claros ejemplos en el río con la puesta en valor de espacios como la noria, el museo del agua, el nevero, el lavadero de lanas, la sala museo de San Saturio o la muralla con la recuperación de sus puertas. Actualmente, también trabaja en la recuperación del lavadero de San Pedro junto al museo del agua. El alcalde ha indicado que “una empresa privada, a través del plan de empleo, en colaboración con nuestros técnicos y el almacén está trabajando en este lavadero que ayudará a recuperar una seña de identidad perdida de la ciudad y que además es una vieja reivindicación del barrio de San Pedro”.